miércoles, 29 de abril de 2009

Un cielo celeste.

Hoy es un día en el que siento que el aire que respiro es totalmente puro.
Esos días que se dan muy pocas veces al mes.
Les voy a hablar un poco sobre un problema que vengo teniendo estos últimos meses. En realidad él no es un problema. Probablemente el problema sea yo.
No sé, todo es un caos, y para mí, que soy una amante de la paz mental, esto no puede seguir así.
El problema o, mejor dicho, el no-problema, es mi novio: Agustín.
Agustín es la persona más buena que conocí. Agustín es la paz hecha persona. Agustín tiene un corazón mas grande que el desierto del Sahara.
Pero, ¿por qué Agustín, si es la paz, conmigo es la guerra? Agustín es la persona que mas desordenes ocasionó en mi.
Ojo, no es cosa difícil alterar a Clarita, pero, ese Agustín que es un cielo celeste, se nubló... Se volvió tan posesivo, tan idiota, tan histérico, a tal punto de poder cambiar de un segundo a otro mi humor, mi estado de ánimo, mi sonrisa, mi vida.
Llevamos más de un año de novios con Agustín, que tiene, casi 10 años más que yo, pero su inmadurez no demuestra tal diferencia de edad.
Agustín llegó a mi vida en el momento indicado, otro día les voy a contar ese momento de mi vida en el que Agustín se apareció. Fue como un Oasis en medio del desierto. Se nos hizo un tanto difícil comenzar una relación, porque Agustín es, o era el hombre de las mil mujeres, pero eso es otro tema.
Lo que importa es que hoy, eso que nos costó tanto tener, se está derrumbando.
Él me hacía soñar, soñar despierta, me hacía sentir viva, libre, hermosa, querida, valorada. Sí, él me hacía soñar... Hoy lo sigue haciendo, pero ya no sueño con él... Hoy sueño con otras cosas.



(Continuará...)

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